RESEÑA Alex Magnum, de Enrique Sánchez Abulí y Alfredo Sommer Geniés

«-Siempre hay una primera vez. ¿Recuerdas la primera vez que te acostaste con una tía?

+Nunca me he acostado con una tía.

-Claro, por eso no te acuerdas.»

Alex Magnum es una serie de cómic español, creada por Enrique Sánchez Abulí (guionista) y Alfredo Sommer Geniés (artista). Fue publicada a modo de pequeños capítulos autoconclusivos (un total de 22) en la revista Zona 84, de Toutain Editor, en los números #10-15, #17, #18, #20, #24, #26-28, #30-34, #36-39, entre marzo de 1985 y agosto de 1987.

Esta vez, para poder empezar bien la reseña, he de hacer uso de las palabras que emplea el maestro Abulí para abrir uno de los capítulos de la obra:

«El Gueto es grande y redondo, ensanchado por los polos y aplatanado por el ecuador. Limita al norte con la nada, al este con algo por el estilo, al sur con el desierto de aquí te espero y al oeste con una de indios. Son muchos los peligros que te acechan en el gueto, desde el muerto de hambre capaz de sacarte las tripas por un puñado de krons hasta el punky sofisticado al que sencillamente le caes mal. Pero no te preocupes. Los cuerpos de policía velan constantemente por tu seguridad. De la metralla, del canalla, te protege la poli. Del bruto, del escorbuto, te protege la poli. De la puñalada, de la puñada, de la puñeta, te protege la poli. Del atropello, del descabello, te protege la poli. De la arbitrariedad, del libre arbitrio, te protege la poli. Del estupro, del estúprido, te protege la poli. De la ley del asfalto, de la ley del más alto, te protege la poli. Pero, infeliz, ¿quién te protege de la policía?»

La esencia de Alex Magnum queda perfectamente definida en esos párrafos. En un futuro distópico, dentro del Gueto de Metrópolis, la suciedad y la inmundicia reinan sobre cualquier brillo de esperanza. No hay ley, salvo la de sobrevivir a toda costa y disfrutar todo lo que se pueda del camino, a través de cualquier placer a mano. Y si ya hay peligro en las calles, la policía puede ser peor; quizá maten a los camellos para meterse toda su droga o violen a una prostituta adolescente sólo porque «la karne es débil, tú».

Precisamente, Alex Magnum es uno de estos policías, lo radicalmente opuesto a cualquier héroe de ciencia ficción; un joven chulo con chupa de cuero y sombra de ojos, ácido y mordaz como pocos, decidido a poner orden de una forma un tanto kafre, y anteponiendo su interés al de cualquier otro, pero que parece que conserva un último ápice de bondad o algo así como un código personal entre toda la bajeza moral y falta de ética que habita el Gueto. ¿Matará? Sí, pero sólo cuando lo merezca la víctima, aunque sólo sea un poco. A menos, claro está, que el asesinato en cuestión sea un pequeño accidente.

Alex Magnum es una obra descarada y descarnada, lejos de la sofisticación y la limpieza del grueso de las producciones futuristas, lo que Abulí y Geniés nos presentan es una mezcla estética entre Mad Max y Blade Runner, todo ello perfilado con un filtro punk, destellos de la Movida Madrileña y un motor que funciona a base de pura mala leche. Este mundo es claramente una distopía, pero no al estilo de Un Mundo Feliz o 1984, esto es una distopía a la española; un mundo donde la picaresca y el canallismo son las herramientas para poder pasar un día más en el Gueto.

En todos y cada uno de los 22 capítulos de la serie, que tienen una extensión de 6, 8, 10 o 12 páginas, Abulí y Geniés consiguen crear una historia perfectamente autoconclusiva, tratando casos de la policía, las nuevas conquistas de Alex Magnum, o la última picaresca del mismo. Para conseguir esto en un espacio tan reducido,y a la vez no limitarse a hacer una historia leve y vacía, Abulí demuestra su dominio sobre la narración y especialmente sobre el lenguaje, afilado e inteligente y con un nivel de depuración insuperable. Así, cada nuevo capítulo no sólo nos regala una nueva aventura, sino que también escupe una mirada escéptica y recelosa hacia el género humano, muchas veces incluso, acompañada de una moraleja o lección de vida, normalmente nada poética y sí muy cínica, con una dosis de humor negro, como cuando Alex Magnum, que iba a tener relaciones sexuales con una mujer, descubre que en realidad es un hombre travestido, y, ante esta revelación nos regala una frase para la posteridad: «Ya puestos, da igual por delante que por detrás.»

En definitiva, Alex Magnum es un cómic desconocido, pero de una calidad altísima, creado desde la más total y absoluta libertad por parte de los autores, sin ningún tipo de temor a posibles ofendidos o intención de promulgar la corrección política. Alex Magnum (tanto el cómic como el personajer) son descaro, chulería, mala leche y mucha sabiduría camuflados en forma de historias, a través de un conjunto de cómics, que nos trasladarán a un mundo sucio y peligroso, pero al que desearemos volver desesperadamente para corrernos otra juerga junto al policía más peculiar del Gueto; Alex Magnum. Una joya perdida de la era dorada del cómic español, que, por desgracia, es una de muchas.

Apartado Gráfico

El dibujo en esta serie es fundamental para lograr la ambientación tan peculiar en la que se desarrolla la historia, y no se me ocurre nadie que lo pudiera haber hecho tan bien como Alfredo Sommer Geniés. De hecho, Alex Magnum nació como un boceto que él mismo hizo del personaje, antes de haber definido cualquier trama, personalidad o contexto. Geniés le enseñó el boceto a Abulí, y éste supo que tenían que crear la historia de Alex Magnum y el Gueto.

El estilo de Geniés es para mí una mezcla del refinado dibujo de su padre, Manfred Sommer, combinado con la rudeza y efectividad de las figuras de Frank Miller. Trabaja a la perfección el blanco y negro y cada pincelada tiene una gran personalidad. La atmósfera del futuro creado para la serie está muy lograda, con calles sucias y desgastadas, tuberías y estructuras metálicas, y, de vez en cuando, algún edificio de Gaudí, lo que puede dar pistas de en qué ciudad está el Gueto. El diseño de Alex Magnum, así como del resto de personajes que desfilan por la serie, está perfectamente integrado en la sórdida decadencia de este futuro, pero con un toque punk realmente molón.

Pese a que prácticamente todas las historias son en blanco y negro (y están perfectas así), hay una que es la excepción y está a color. Resulta muy interesante ver coloreado un mundo que se nos ha presentado continuamente en blanco y negro. Geniés selecciona muy hábilmente colores sucios y gastados para recrear el tono que tenía la obra y no perder las sensaciones que transmitía eligiendo colores más amables o brillantes.

Ediciones

Aparte de la edición serializada en la revista Zona 84 de Toutain Editor, la misma editorial lanzó en 1986 un primer álbum recopilatorio dentro de su colección Jóvenes Autores Españoles (concretamente el número 2) que recogía parte de la serie.

La serie permanecía sin haber editado todos los capítulos en álbumes, hasta que en 2010 Glénat lanzó al mercado un tomo recopilatorio integral que recogía los 22 capítulos que componían la obra.

El volumen pertenece a la Colección Integral y comparte las características de dicha colección; encuadernación en cartoné y tamaño reducido (24 x 17 cm). El tomo es cómodo y manejable y aparte de las historias, contiene una introducción, una entrevista a los autores y sus biografías y la portada del álbum que sacó Toutain. El precio original era de 17.95€, pero actualmente está descatalogado, aunque no es complicado encontrarlo. Sin lugar a dudas, es la mejor y más fácil opción para hacerse con la serie, ya que pese a que el tamaño está reducido, la reproducción es muy buena, y poder disfrutar de la historia completa en un solo tomo es todo un lujo.

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