«Si matas, mueres. Así de fácil.»
Los Muertos Vivientes #3: Seguridad tras los barrotes contiene The Walking Dead #13-18.
Volumen anterior: Los Muertos Vivientes #2: Muchos kilómetros a las espaldas
AVISO: La reseña que vas a leer a continuación no contiene ningún spoiler del volumen en cuestión, pero sí que podría contener spoilers relacionados con números anteriores.
Por fin. Después de un andar errático del grupo sufriendo todas las penurias habidas y por haber, al final del volumen anterior llegaron hasta una prisión donde esperaban poder disfrutar de una vida más tranquila gracias a la seguridad que les proporcionaba la nueva localización.
Y este decubrimiento llega en el momento oportuno, ya que Lori está embarazada ¿Shane o Rick?…, han perdido a Donna (la esposa de Allen), Glenn se ha quedado con Maggie en la granja de Hershel y dos hijos de Hershel murieron por culpa de los zombies que guardaba en el granero. Esperemos que así todos hayan aprendido la lección, los merodeadores no tienen alma; no queda nada de las personas que fueron ni existe ninguna remota posibilidad de salvación para ellos. Y es respecto esta cuestión donde Rick se erige como la persona más sensata. Los merodeadores han de morir.
Al comenzar a limpiar la cárcel de zombies, se topan con 4 presos que quedaron encerrados en el comedor y han logrado sobrevivir todo este tiempo. Obviamente, esto es una fuente de problemas, puesto que van a convivir con criminales, lo que les impedirá estar tranquilos.
Rick, a cada paso que avanza la serie, se vuelve más heterogéneo. Tiene un corazón noble, su máxima prioridad es defender a su gente, y no se olvida de los que ha dejado atrás y va a avisar a Hershel incluso después de que éste estuviera a punto de matarle. Me gusta especialmente la crudeza que va tomando, nadie le relacionaría con el policía asustado que vimos al principio. No tiembla ni un ápice a la hora de matar a alguien que él crea que debe morir y no le deja remordimientos. Pero me echa un poco para atrás el hecho de que sea tan excesivamente autoritario; sí, es cierto que él es el líder, pero parece que siempre quiere ser el protagonista (de hecho es el protagonista de la serie) y deja solos a Lori y Carl a la primera de cambio si se le mete algo en la cabeza.
Por su parte Lori es un poco bipolar, unas veces muestra un carácter fuerte y decidido y le planta cara a Rick, para luego darle la razón y decir que está confundida por todo… Pero si hablamos de mujeres fuertes, tenemos que hablar de Andrea. Aquella chica que se quedaba en segundo plano al principio, poco a poco ha ido ganando relevancia hasta hacerse bastante independiente (aunque prometa seguir a Dale allá donde vaya).
Cada volumen me está gustando y enganchando más que el anterior. Los números más que leerse se beben, y cada capítulo tiene un final potentísimo que te obliga a correr a por el siguiente.
Paranoia Secuencial 