RESEÑA Batman: Asilo Arkham de Grant Morrison y Dave McKean

«¡Por favor señorita!¡Dos Caras ha vuelto a mearse encima!»

Asilo Arkham: Un lugar sensato en una Tierra sensata, o simplemente Asilo Arkham, fue publicada en 1989, en formato novela gráfica con el título original de Arkham Asylum: A Serious House on Serious Earth.

Una obra, que tras haber leído por primera vez este junio, y haberla releído varias veces desde ese momento, aún se me plantea como una historia profundamente indescriptible, prueba de la maestría de Grant Morrison confeccionando relatos ficcionales, y el soberbio arte de Dave McKean.

A grandes rasgos, seremos testigos de dos historias que se van alternando; la de Amadeus Arkham en el pasado, fundador del asilo para dementes homónimo y la de un Batman obligado a internarse en las vísceras de este lugar «sensato» y enfrentarse a sus enemigos y su propia locura. Un argumento que desde fuera puede parecer sencillo, pero que, ejecutado de una forma magistral, y retorcido hasta el extremo mostrará una imagen de Batman nunca antes vista; asustado, perdido y lejos de ser un héroe impoluto, convertido en un títere de sus enemigos y a merced de su inestabilidad mental.

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Un tortuoso camino por los rincones más ocultos de la psique humana, que admite varios niveles de lectura y múltiples interpretaciones y relecturas. Pese a que Batman ha estado en incontables apuros, nunca le he visto enfrentado a una amenaza que, de alguna forma u otra no pudiera manejar. Hasta aquí. Aquí no vence Batman, aquí sobrevive, a duras penas y porque quieren seguir jugando con él, remarcando su indefensión en todo momento, y lo volátil de estar en manos de gente como el Joker, Dos Caras, el Sombrerero Loco o cualquier otro miembro del panteón de villanos del cruzado de la capa.

Unos villanos que son proyectados con una presencia formidable, especialmente el Joker más terrorífico e impredecible imposible y un Dos Caras indescriptible, siendo ambos, mis personajes favoritos de la historia. Todo el mundo está loco, y la cordura ha quedado aislada en Arkham, ¿o era al revés?

Una historia que bien podría ser una pesadilla de Batman, por su diálogo con el Sombrerero Loco y la forma en que vemos plasmado al propio Batman; más que un elemento físico parece una presencia, un espíritu sin unos rasgos muy definidos más allá de su silueta. En determinados momentos, apenas un borrón, que, como cuando soñamos, nos recuerda que no nos vemos a nosotros mismos en los sueños, sino el resto de cosas que hay en el sueño, o en nuestra cabeza… Evidentemente, esto es mi interpretación personal, y seguramente sea errónea, pero como dije antes, esta obra puede ser interpretada de maneras muy distintas dependiendo del lector.

Va más allá de la atmósfera y la trama oníricas, y plantea también serias preguntas y reflexiones acerca de la locura y las enfermedades mentales, desde las típicas; ¿son los locos realmente locos o todo lo contrario? o ¿realmente los criminales con afecciones psicológicas graves son responsables de sus actos? hasta otras menos convencionales.

Un camino con principio y final, que si el principio y el camino es altamente disfrutable, el final ya es para enmarcarlo directamente.

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Apartado gráfico

Cuando se dice que una obra no habría sido lo mismo sin un determinado artista, suele ser verdad, pero en este caso más si cabe, ya que el propio Morrison, al saber que iba a contar con el arte de Dave McKean, decidió retorcer más si cabe su premisa inicial para darnos esta joya.

Dave McKean utiliza todo lo que tiene a mano, y cualquier técnica que se nos pueda ocurrir; desde el mix media al collage, pasando por múltiples tipos de pintura y materiales hasta el uso de fotografías retocadas. Esta amalgama, más que de estilos, de elementos, tiene un poder abrumador, que ayuda a crear ese aire tan demente que respira la obra y su atmósfera terrorífica y cargada de tensión.

Los personajes son interpretados bajo la esfera de McKean, y si Batman era un borrón, el Joker se convierte en algo totalmente real y definido aunque desearíamos que no fuese así, ya que parece más un producto de las pesadillas de una mente enferma, que un loco disfrazado de payaso.

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Ediciones

Una obra tan aclamada como esta, ha pasado por múltiples ediciones de todo tipo; sin ir más lejos, en España fue publicada incluso en formato Absolute por Planeta DeAgostini. Pero centrándonos en las ediciones disponibles nos dividimos en dos mercados:

En el americano tenemos tanto un trade paperback (TPB) como una edición a tamaño oversized, en tapa dura. Ambas conmemorando el 25 aniversario de la obra.

En el español, hasta hace poco teníamos únicamente el tomo de la línea de Grandes Autores dedicado a esta obra de Grant Morrison, que también recogía el guión original anotado y múltiples bocetos del propio Morrison. Pero con la Colección de Novelas Gráficas de DC de Salvat, en junio llegó la entrega #59 que recogía Asilo ArkhamBatman: El hombre que ríe de Ed Brubaker y Doug Mahnke junto con algunos bocetos de Morrison y una interesante historia del Batman de Len Wein (Batman #327) que trataba por primera vez la retorcida atmósfera de locura del Asilo Arkham. En mi opinión, ésta última, es la mejor opción (y la más barata) para leer la obra, además de ser la oportunidad perfecta para acercarse también al Hombre Que Ríe, otra historia de gran calidad, eso sí, a pesar de la buena edición en tapa dura, no hay que ser quisquillosos con la uniformidad de la estantería, ya que lleva parte de un dibujo más grande.

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