RESEÑA El Incal, de Alejandro Jodorowsky y Moebius

«¡Soñar es sobrevivir!»

El Incal es una serie de cómic europeo, guionizada por Alejandro Jodorowsky y dibujada por Jean Giraud en su faceta de Moebius. La obra fue publicada originalmente por Les Humanoïdes Associés en 6 álbumes:

  • El Incal Negro (mayo de 1981)
  • El Incal Luz (enero de 1982)
  • Lo que está abajo (septiembre de 1983)
  • Lo que está arriba (junio de 1985)
  • La Quintaesencia 1: La galaxia soñadora (enero de 1988)
  • La Quintaesencia 2: El planeta Difool (junio de 1988)

Adicionalmente, en noviembre de 1989 se publicaría un álbum complementario (un companion) titulado Los misterios del Incal, que contenía mucha información extra sobre la propia obra de El Incal, con explicaciones, material adicional y otras cosas, entre las que destacaba un pequeña historia de 8 páginas titulada En el corazón del inviolable Metabúnker, realizada para la ocasión por Jodorowsky y Moebius y que servía como ampliación y desarrollo a modo casi de spin-off de uno de los personajes más carismáticos de la obra; el Metabarón. El álbum de Los misterios del Incal sería editado de nuevo en 2017 pero esta vez incluyendo información no sólo de El Incal, sino también de todas las obras que surgieron a raíz de esta.

John Difool es un detective de clase R en un futuro remoto, mediocre, sin aspiraciones y con muchos vicios. Pero un día, y sin poder hacer nada al respecto, su vida sufre un cambio drástico cuando se tropieza con un objeto codiciado por muchos… el Incal.

De esta forma, el pobre desgraciado que es John Difool se ve envuelto en una historia de proporciones inabarcables, en la que el destino de la galaxia está en juego por culpa de conspiraciones y agrupaciones fanáticas que pretenden sumergir la galaxia en la Tiniebla. Por suerte para Difool, no estará solo en esta aventura, puesto que que hay otros héroes que se unirán por obra y gracia del Incal para conseguir derrotar al mal; el Metabarón, el mayor guerrero, asesino y cazarrecompensas de la galaxia, Soluna, su hijo, un ser fruto de la dualidad, el andrógino perfecto, Tanatah, la reina del grupo de criminales conocido como el Amok, Kill Cabeza de Perro, un hombre que, como su propio nombre indica tiene cabeza de cánido y es un fiel seguidor de Tanatah y el Amok, Animah, una enigmática mujer que cabalga a lomos de las Psicorratas y el fiel Deepo, el loro de cemento que es la mascota de John Difool y que, tras tener un peculiar contacto con el Incal, adquirirá una conciencia que lo convertirá, junto con su amo, en el eficaz alivio cómico de la historia.

Pero el elenco, no queda ahí, ya que las páginas de El Incal están profusamente plagadas de distintos seres, grupos, facciones y personajes que enriquecen un universo creado expresamente para narrar esta historia; el Kamara Raimo y los planetas coloniales, el Iman Horlog y los maganates, el Tecnopapa, el Tecnocentrador, su Ofididad Mayor (presidente de Terra), los guardianes Arhat, la protorreina Barbarah y los Berg, Gorgo El Sucio y los mutantes, Campogris, el Emperoratriz

Y es que El Incal es una bomba de conceptos. Más allá de lo evidente; (un mundo futurista en el que nos movemos cómodamente y entendemos desde el principio sin necesitar explicaciones), tenemos una muestra tras otra de la increíble capacidad imaginativa de Jodorowsky y Moebius con elementos como el Tecnopapa y sus seguidores, encargados de reducir cadáveres a meras piezas útiles, su Ofididad Mayor, un presidente cuya mente va siendo transferida a cuerpos perfectos según va agotando los anteriores a base de vicio y depravación, demostrando que el cambio político tanto en la ficción como en la realidad nunca es real, las Ciudades Pozo, construidas como fiel reflejo de una sociedad estamental fuertemente separada por clases, los Aristos, esa aristocracia de esta realidad, entregada al placer, el Emperoratriz, máximo dirigente de la galaxia y personificación de la dualidad, loros de cemento (como Deepo, la mascota de John Difool), múltiples razas alienígenas (como los Bergs), mutantes, holomaquillaje, planetas de oro, homeoputas…

La grandilocuencia, la aventura y la imaginación, son, sin lugar a dudas, la esencia de El Incal. Pero todos estos conceptos nuevos, en ocasiones bizarros, en otras meros alardes creativos que sólo aparecerán en una viñeta, en otras ocasiones complejos, unificando una pseudociencia con creencias espirituales y alquimia, hacen que la primera lectura de El Incal pueda resultar abrumadora para el lector empeñado en entenderlo todo. El motivo, yo creo que reside en dos cosas: el empeño que tiene Jodorowsky por ponerle nombres enrevesados e inventados a todo y el impacto que se produce cuando todas estas nuevas ideas, que pueden resultar intrincadas, o que a veces Jodorowsky cree que nacen de algo obvio (para él, pero desconocido para nosotros) son hilvanadas en una trama que a veces es llevada de una forma muy sencilla, con motivaciones y causalidades muy laxas o directamente avanzando con algún agujero de guión.

Esta es uno de los halos que a mi parecer han mitificado mucho la supuesta complejidad que presenta la lectura de El Incal. Ya que desde mi punto de vista, lo complejo es el continente, la forma de presentarnos las ideas con términos intricados y enmarañados, difíciles de digerir en algunos casos, mientras que lo que están adornando, la historia principal, el contenido, es algo mucho más simple de lo que pueda parecer, con una estructura muy lineal (trazando una forma determinada que se revelará a medida que se avance) y que muchas veces precisa de ser impulsada con recursos tan poco elegantes como los Deus Ex Machina.

Pero todo esto forma parte de esa magia de El Incal, es lo que hace a esta obra tan especial y recordada, ya que la sensación de estar ante una aventura tan grande, hace que uno se olvide de todo lo demás, no busque explicaciones cuando no las hay, y simplemente siga disfrutando plenamente de las aventuras de John Difool. Y ese lector que quería entenderlo todo y se dio de bruces contra la obra, cuando vuelva a El Incal, se dará cuenta de que en la relectura, tiene todas las piezas del puzzle, y sabe a lo que se está enfrentando, entonces, podrá analizar las cosas de otra forma, y finalmente obtener esa comprensión cuasi plena de El Incal y darse cuenta de que no era una tarea tan imposible como le pareció en un principio.

Esta simplicidad del guión o los fallos que puede presentar a nivel argumental la historia, no se tienen que ver como un fallo, porque al final El Incal es algo que está por encima de la forma en la que es narrado, es una aventura épica que se disfruta plenamente sin que uno detecte «errores». Simplemente, tras el miedo inicial a que el agua esté fría, el lector acaba sumergiéndose en un universo que pese a que nace de una ciencia ficción muy pura y sugerente, acaba amalgamando varios géneros distintos para dar un producto realmente divertido, con ideas y filosofías que guardan mensajes muy positivos y que pueden hacernos reflexionar, todo ello aderezado con unos personajes que, aparezcan mucho o poco, resultan terriblemente interesantes y carismáticos, ofreciendo posibilidades para crear multitud de series ampliando sus respectivas historias, porque irremediablemente, vamos a cogerles cariño u odio en grandes cantidades.

Otro aspecto clave de El Incal es la crítica; Jodorowsky aprovecha esta historia para arramblar contra todo aquello que no le gusta, y lo hace a distintos niveles y de diferentes formas, desde la sátira a la reprobación sutil, pasando, por supuesto, por el escarnio jocoso de ciertos elementos con gran poder e influencia en la sociedad, pero que él ve desfasados o ridículos. Los sistemas de gobierno, la actitud y forma de ser de los políticos, la religión también es una víctima recurrente con la contraposición de ciertos hechos bíblicos con la historia del Incal… pero principalmente, se nota un continuo rechazo al conformismo, al ciudadano medio que vive con una venda, que no pretende entender ni cambiar las cosas, el que simplemente sigue día a día y traga con todo lo que le toque, muchas veces, idiotizado y controlado por una televisión corrupta, manipulada y efectista. La televisión, por supuesto, también recibe grandes dosis de merecido castigo, y también otros desarrollos tecnológicos, empecinados en el mañana pero olvidando las raíces y el mundo natural. Es precisamente una vuelta a los orígenes lo que necesita la humanidad, una comunión entre el avance medido y cuidadoso y la consciencia del pasado, y sobre todo, es preciso abrazar la espiritualidad y dejar de lado la pura materialidad; el descenso para la posterior elevación, el alma y la mente, el artista, Dios, eso es el Incal.

En definitiva, El Incal es una aventura filosófica extravagante, grandilocuente y trepidante, plagada de conceptos, metáforas, poesía, crítica y locura lisérgica. Un viaje muy especial de la mano de unos personajes muy especiales que nos mostrarán un universo totalmente nuevo que nace de la mente de dos personas que tienen una visión muy personal y particular de la realidad. El Incal es, a fin de cuentas, una de las obras más reconocidas del cómic europeo, y creo que, pese a sus fallos, merece ser reconocida como tal. No gustará a todo el mundo, pero creo que es una lectura obligatoria para el amante de los cómics, su arte y sus posibilidades, lo amarás o lo detestarás, pero no te dejará indiferente.

Más allá de El Incal

Una serie tan exitosa y laureada pero a la vez tan grande y con unas posibilidades tan amplias como es El Incal, no tardó en producir productos derivados, series precuela y secuela así como spin-offs que fueron ampliando el mundo que Jodorowsky y Moebius habían creado.

Así surgieron series como Antes del Incal, Después del Incal, Final Incal, La Casta de los Metabarones, Metabarón, Los Tecnopadres, Castaka o Las Armas del Metabarón.

Todas ellas contaban con el guión de Alejandro Jodorowsky, amo y señor de un universo que no hacía otra cosa que crecer y crecer. Además, sabía acompañarse de grandes artistas como Moebius, José Ladrönn, Zoran Janjetov o Juan Giménez entre otros.

¿Es necesario leer algo de esto? ¿Hay que leer Antes del Incal antes de El Incal? ¿Hay algo imprescindible?

Pues para mí, lo único imprescindible para leer El Incal es, efectivamente, leer El Incal. No hay que olvidar que fue la obra original y que yo creo que en su concepción no se planteba ampliarla con otras series, sino que eso fue fruto del éxito y las posibilidades que ofrecía. Personalmente, todavía no he leído ninguna de estas series satélite, aunque seguro que acabaré haciéndolo, pero porque me gusta mucho El Incal, pero para leer El Incal en sí, lo único que hay que hacer es centrarse en una obra que se basta por sí misma, y que cuando el lector la termine se dará cuenta de que es un elemento totalmente independiente y que no necesita de nada más para su comprensión, y que todo lo demás que viniera detrás de la historia original simplemente serviría para desarrollar ciertos puntos o construir historias anexas o comunicantes con el grueso principal.

Apartado Gráfico

El apartado gráfico de El Incal son palabras mayores, y es que, si esta obra está en el Olimpo del cómic europeo y ha tenido esa gran repercusión, es, en gran parte, gracias al dibujo de un artista que no necesita ningún tipo de presentación ni explicación; Moebius, ese álter ego que adoptó Jean Giraud cuando su arte experimentó una evolución hacia unas formas y estilos totalmente nuevos y alejados de su dibujo original.

Moebius aquí tiene carta blanca, se encuentra en un universo totalmente nuevo y que parece escrito expresamente para él. Los elementos de ciencia ficción se conjugan con la fantasía, la magia, lo salvaje o lo urbano según la historia va cambiando de escenario. Todas las razas, personajes y conceptos son artísticamente sugerentes, y Moebius sabe sacarles todo el jugo impriendo un carácter y estilo inimitable donde la elegancia y la funcionalidad conquistan cada fragmento de la página.

Con todo lujo de detalles, pero manteniendo una depurada sencillez y claridad, rompe cada página con viñetas espectaculares o composiciones realmente creativas. Sabe llevar el diseño de personajes, entornos, razas y objetos por derroteros originales, siguiendo muchas veces formas básicas y no perdiendo jamás de vista la funcionalidad. Puede que haya lectores a los que no les guste la historia que cuenta El Incal, pero siempre quedará el increíble arte de Moebius, al que veremos evolucionar según se desarrolla la historia, para disfrutar poco a poco de todos los regalos que nos hace, creando estéticas que serán fuente de inspiración para muchos artistas posteriores, especialmente en el género de la ciencia ficción, y dejando, por el camino, alguna escena que ha quedado para la historia de la ilustración y el cómic, como la famosa página 1BIS del principio del primer álbum en la que vemos caer a John Difool al Lago de Ácido de la Ciudad Pozo con unos edificios y una perspectiva que atrapa la vista y congela el tiempo.

Con el grandioso dibujo de Moebius, no se puede caer en el error de olvidar una parte fundamental del apartado gráfico de El Incal; el color. Y es que el color juega muy a favor del arte a la hora de crear atmósferas y transmitir ese aire de ciencia ficción a la europea que consigue estas tonalidades de corte similar al color clásico de la BD. Los coloristas que participan, con diferentes paletas, aunque todas en consonancia y de gran calidad son:

  • Yves Chaland (primer álbum).
  • Isabelle Beaumeney-Joannet (segundo, tercer y cuarto álbumes).
  • Zoran Janjetov con la supervisión de Moebius (quinto y sexto álbumes).

Ediciones

Con la consideración que tiene El Incal de cómic europeo de referencia, no es de extrañar que haya contado con multitud de ediciones y reediciones en todos los países. Centrándonos en España, la primera edición de la obra fue entre 1983 y 1989 en álbumes por parte de Eurocómic S.A. . También publicaría algún álbum Ediciones B. Más tarde, entre el 2000 y el 2011, Norma Editorial publicó múltiples ediciones de la obra, esta vez en un integral en cartoné con tamaño reducido en unas ocasiones y tamaño álbum en otras y que contenía los 6 álbumes que componen la obra. Una de esas ediciones, la de 2007, contó con un recoloreado en vez de el color original de la obra.

Tendríamos que esperar hasta 2017 para que Reservoir Books (perteneciente a Penguin Random House Grupo Editorial), lanzara la versión que actualmente está disponible de la obra, y que en mi opinión, es la definitiva. Además de los 6 álbumes que forman la historia, es la primera vez que una edición española incluye también el álbum de Los misterios del Incal (además la versión actualizada de 2017) y la interesantísima historia de En el corazón del inviolable Metabúnker. Estos extras de excepción ya valdrían por sí solos para convertir esta edición en la mejor hasta el momento, pero es que además, recupera el color original restaurado y corregido en detalles menores y nos presenta la obra en tamañosimilar al del álbum, un poco inferior, pero que no estoy seguro si fue el formato original. Además, la edición en sí está muy cuidada con una resistente encuadernación en cartoné con un papel poroso de gran calidad, (aunque por el peso de las páginas puede dar la sensación de que éstas se vencen, motivo por el cual yo la tengo colocada en horizontal, por si acaso) que permite una apertura total y sin temores del volumen para disfrutar plenamente de la obra sin perdernos nada del arte. El diseño también está muy depurado, optando por una bonita estética minimalista, clara y efectiva que hacen del libro un objeto verdaderamente bonito. Como único fallo mencionaría que pese a que los álbumes están separados claramente, no se ha incluido la portada de cada uno antes del mismo. Es cierto que luego dichas portadas están a página completa descolocadas entre los extras del álbum Los misterios del Incal, pero su inclusión antes de cada álbum habría sido la guinda a un ya de por sí perfecto pastel. También quisiera destacar el imbatible precio; 34,90€ por la obra completa y una cantidad ingente de extras, un total de 432 páginas en una edición perfecta, que si ya por sus características sería un precio reducido en una edición de cómic americano, hablando de una obra de cómic europeo es directamente insuperable. Si quieres leer El Incal, esta es la edición sin lugar a dudas.

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