RESEÑA Guardianes de la Galaxia: Madre Entropía

«Esta realidad está agotada»

Hablar de Jim Starlin es hablar de una leyenda del cómic américano, y en especial de la parcela cósmica de Marvel. No en vano, él fue el creador de personajes como Thanos, Gamora o Drax que son esenciales en el futuro del universo cinematográfico marvelita.

Su carrera en la editorial empezó en los años 70, y ya nos trajo a Drax en su primer número en la colección de Iron Man (Iron Man Vol 1 #55), comienzo de lo que se denominaría posteriormente como «La Saga de Thanos» y que se desarrolló en distintas cabeceras, entre las que destacan la del Capitán Marvel y la de Warlock. Todo este material ha sido recopilado recientemente por Panini Cómics en el Marvel Gold: La Saga de Thanos.

Pero sin duda, sus momentos de máxima fama los alcanzó en los años 90 con sus sagas del infinito, incluyendo el mítico «Guantelete del Infinito». Este material también está siendo recopilado actualmente en la Colección Jim Starlin.

Sus trabajos a partir de entonces no tuvieron tanto éxito, ni siquiera sus recientes novelas gráficas tratando, una vez más el infinito.

Aún así, todavía había un rinconcito del cosmos Marvel que Jim Starlin no había tocado; los Guardianes de la Galaxia de Star-Lord y compañía, ¿y qué mejor momento que en 2017 con todo el furor causado por la segunda película de James Gunn?

Guardianes de la Galaxia: Madre Entropía, se enmarca como otra de las series limitadas cobijadas bajo el sello Original Graphic Novel. En esta historia, la amenaza es Madre Entropía, un ser de increíble poder que pretende destruir la realidad para generar nueva vida; para ello, necesitará un avatar o madre, que seleccionará entre el grupo que transporta la Piedra Madre, que son, ni más ni menos que los Guardianes de la Galaxia, aunque también se verá envuelto en la trama Pip el Troll, que quiere robar la Piedra Madre para venderla.

Así comienza una historia que nos llevará de un lugar a otros del cosmos, con apariciones de los Skrull, Ronan, los Shi’ar e incluso los Vengadores. El ritmo de narración es muy veloz y no pierde el tiempo dando rodeos ni profundizando en exceso en los conceptos de la entropía, que era lo que se podía esperar tras leer las dos primeras páginas del tomo.

Starlin trata de trazar el carácter y miedos de los Guardianes, mediante las pruebas de Madre Entropía. Aquí es donde se nota con qué personajes se nota más a gusto.

El principal problema es, precisamente, su tratamiento del grupo, ya que cae en el recurso fácil y plasma la imagen de los Guardianes del cine, con chistes copiados de la película, situaciones «cómicas» frecuentes e incluso el jefe del Cuerpo de Sapiencial es un calco del líder de los Nova Corps del cine; Rhomann Dey. Tampoco me ha gustado algún recurso que queda desde mi punto de vista, un poco infantil, como «El bar Starlin»… Este tipo de cosas suele sacarme de la lectura.

Aún con todo, no deja de ser una aventura galáctica muy divertida y con un tono alejado de la Marvel cósmica actual, mucho más clásico que nos recordará a los trabajos previos de Starlin. La lectura no supondrá ninguna dificultad, y seguramente la leas de corrido, para ver cómo resuelven el lío intergaláctico que han montado los Guardianes.

Por supuesto, una mención especial al final, donde el héroe es alguien que no esperábamos en un principio.

Apartado Gráfico

Si el guionista es mítico, no se puede decir menos del dibujante; Alan Davis. Es cierto, que al igual que Starlin está muy lejos de sus mejores trabajos, y que se nota el paso del tiempo, pero esto no significa que no cumpla con su cometido; todo lo contrario, el dibujo sigue siendo bonito y la narración gráfica y las anatomías están muy logradas.

Para completar el arte de Davis, tenemos a Mark Farmer entintando y a Matt Yackey a los colores, ambos realizando un trabajo muy correcto.

Ediciones

Aparte de las ediciones americanas (grapas y tomo), en España, Panini Cómics nos trajo la novela gráfica bajo el formato Marvel Original Graphic Novel o Marvel OGN a un precio de 15,00€. El tamaño es el acostumbrado en las novelas gráficas y las tapas son en el cartoné típico de los álbumes europeos. La encuadernación es muy resistente y la edición cuidada. Las portadas se nos presentan al final del tomo, y el único extra son las biografías de Starlin y Davis.