¿Qué demonios significa ser médico?
Give my regards to Black Jack (Black Jack ni yoroshiku) es un manga seinen publicado de manera serializada en la revista Morning de Kodansha entre enero de 2002 y enero de 2006, en un total de 127 capítulos, que posteriormente fueron recopilados en 13 tomos. Su creador y autor completo es Shuho Sato.
Eijiro Saito, es un estudiante de medicina japonés recién licenciado por la universidad más pretigiosa, la Eiroku. Ahora le toca empezar las prácticas en el hospital universitario, con unas condiciones laborales abusivas y en un sistema sanitario, como es el japonés, que con su corrupción, su juego de influencias y su anquilosado funcionamiento, supondrán un duro golpe para Saito, todo un idealista… ¿podrá sobrevivir en esta jungla si decide intentar cambiar las cosas?

Los japoneses en general, y el manga en particular, tienen la increíble capacidad de conseguir que cualquier cosa se le antoje al lector extremadamente interesante. Pruebas como el manga de Haikyuu demuestran que pueden convencernos de que por ejemplo, el voleibol puede ser lo más emocionante de la vida. Así que no es ninguna sorpresa que un manga centrado en la vida de un estudiante en prácticas de medicina y su descubrimiento sobre cómo funciona el sistema sanitario japonés, pueda enganchar y emocionar como lo hace Give my Regards to Black Jack.
Puede que el título suene familiar a algunos lectores, pero que no cuadre del todo con lo que recuerdan. Eso tiene explicación, ya que, aparte de que el Black Jack del título es un claro homenaje al personaje y manga de Osamu Tezuka (también de temática médica), Give my regards to Black Jack se tituló originalmente Say hello to Black Jack, pero por un tema de derechos, propiciado por la rebelión del autor contra el sistema y las condiciones de los autores de manga, en un claro paralelismo con lo que veríamos en la obra (pero con Saito y el sistema sanitario japonés), Shuho Sato se vió obligado a cambiar a Give my regards to Black Jack.
Aclarada esta cuestión, toca centrarnos ya en el manga en sí, ya que en apenas dos tomos (serán trece en total), el autor me tiene ya totalmente convencido con su trabajo.

La historia tiene como protagonista a Saito, que como comentaba anteriormente, es un médico interno, o de prácticas en un hospital universitario. Hasta ahí puede parecer algo normal, pero es que el sistema sanitario japonés es muy distinto al nuestro, el español. Esto se podía ver ya en otros mangas como Oda a Kirihito, de Osamu Tezuka, con la triste denuncia de la situación de los médicos y la sanidad, pero en Give my regards to Black Jack, es el tema central y se nos muestra absolutamente todo, retratando incluso a algunos médicos casi como insensibles miembros de una mafia, o simples siervos rendidos a un sistema egoísta y prácticamente feudal.
Para empezar, Saito ha de trabajar una cantidad ingente de horas, sin casi apenas poder dormir, para cobrar una miseria de sueldo que no le alcanza, ni de lejos, para vivir. Esto obliga a Saito a comenzar a hacer guardias nocturnas en un hospital privado. Allí se dará de bruces con su primera dosis de realidad: ése hospital se dedica en exclusiva a atender víctimas de accidentes de tráfico, ya que por temas burocráticos, los cuidados e intervenciones que precisan, los pueden cobrar los médicos a precios exagerados… ¿no era acaso la medicina una actividad vocacional? Pero la cosa no queda ahí, ya que, sin apenas tener experiencia, él, como muchos otros médicos recién salidos de la universidad, ¡ha de quedarse como único médico en el hospital para atender lo que sea que pueda llegar! ¿es ético que un doctor sin preparación práctica tenga en sus manos la vida de todas las personas que vayan al hospital?

Puede parecer muy fuerte que las cosas en Japón funcionen así, pero Saito aprenderá una importante, durísima e ineludible lección en este hospital en el que hace guardias, una lección que cobrará más importancia según avance en sus prácticas en el hospital universitario y comience a ser consciente de cómo funcionan las cosas allí.
Por resumir un poco, en los hospitales universitarios, de los cuales dependen la mayoría de hospitales y clínicas del país, el catedrático es quien decide todo, muchas veces sin ser capaz de operar o tener conocimientos más allá de la investigación. El resto de médicos le rinden pleitesía, puesto que del catedrático depende que puedan encontrar trabajo en el futuro o ascender. Poco a poco, se desenmascara todo un corrupto mundo, donde los recursos administrados a cada paciente son escatimados o donde una operación totalmente necesaria para un enfermo que se debate entre la vida y la muerte es pospuesta porque dicho enfermo tiene problemas que pueden complicar el resultado y sería preferible que muriese antes que «malgastar» una operación. ¿Cruel? ¿Justo? ¿Inmoral? ¿Ley de vida? Cada lector tendrá que decidir.
Así comenzamos a ser conscientes, al mismo tiempo que Saito, de todo un panorama desolador, donde encontramos un ecosistema agresivo, en el que hay algunos médicos con buena voluntad, pero la mayoría se debaten en una dura pugna por el poder, en luchas entre departamentos o amenazando e incluso chantajeando a pacientes.
Por mi parte, ya sólo por la oportunidad de conocer, además, de una forma súper detallada, una realidad tan diferente y a la vez tan interesante como la que nos narra Shuho Sato, me parece que Give my regards to Black Jack merece la pena. Pero no se queda en la mera constatación de los hechos o la denuncia, sino que por medio de un personaje tremendamente emocional como es el doctor Saito, se nos hará partícipes de la lucha interna de este joven médico, afrontando que quizá, no todo gira en torno al máximo beneficio del paciente, lo que le llevará a reflexionar no sólo sobre la vocación de sus compañeros, sino de la suya propia. Todo esto con una historia que ya atrapa desde el primer capítulo (yo sólo con leer dicho capítulo, ya estaba enganchado), y que, si te gusta ese, la cosa no hace nada más que mejorar. Dicho primer capítulo se puede leer gratis en la web de Sekai Editorial. Y si el primer tomo me parecía bueno, el segundo tomo me ha gustado todavía más, no en vano, ha sido la lectura que he elegido como la mejor de todo lo que he leído en julio.
Y sin embargo, lo que yo destacaría de este manga por encima del resto de cosas, no es lo interesante de su temática o cómo engancha su lectura, sino la sorprendente capacidad que tiene para hacer empatizar al lector. El día a día de Saito es salvajemente duro, no sólo por las salvajes condiciones laborales, sino porque tendrá que aprender a lidiar con los problemas de su profesión, que van desde complicadas operaciones en las que participará, a la tensa inactividad de ciertos pacientes que han de esperar para ver cómo se desarrollan las cosas y si sobrevivirán un día más y en qué condiciones. Todo esto nos regalará momentos dramáticos, en los que sólo se puede sentir rabia o impotencia, pero también unos capítulos profundamente bonitos y que a mí me han transmitido una felicidad y una ternura increíbles.

También he de mencionar el buen trabajo que reciben los personajes de la serie, caracterizando de forma única y distintiva a cada nuevo médico que va apareciendo de los distintos departamentos y clínicas por las que va pasando Saito. Pese al claro protagonismo de éste, el resto de personajes consiguen brillar en sus apariciones, para bien o para mal, llevando el peso del momento en el que están presentes y evitando que toda la historia gire en torno a un único elemento. No puedo evitar quedarme, de estos dos tomos, con el veterano doctor Kita, uno de los personajes más íntegros, carismáticos y especiales de los que han aparecido hasta el momento, su actitud le hace parecer casi la reencarnación de un samurái.
En cuanto a la distribución de los arcos argumentales del manga, por el momento parece que cada tomo va a estar centrado en un departamento de medicina distinto, siendo el primero el de cirugía y el segundo el de medicina interna. Un buen recurso para conocer un poco la amplitud de la medicina, cómo se trabaja en cada área y también evitar caer en la repetición o el sedentarismo que podría ocasionar estar siempre en el mismo departamento.
Es muy pronto para juzgar una serie de trece tomos habiendo leído sólo dos, pero Give my regards to Black Jack ha sido, para mí, el estreno más prometedor de un manga en mucho tiempo, aportándome sensaciones muy buenas, que me llevan a pensar que me va a gustar tanto como otras series que sigo actualmente como Rastros de Sangre o La Rosa de Versalles.
Así que, para todo el que le apetezca empezar una nueva serie manga, en este caso un seinen, con un ritmo muy dinámico, una trama interesantísima y que engancha y unos personajes que te hacen sufrir o alegrarte con ellos, pues Give my regards to Black Jack es una opción ideal, y más ahora que acaba de comenzar su publicación y no hay que hacerse con muchos tomos para ponerse al día. Yo estoy deseando de que llegue el tercer tomo para poder leerlo.

Apartado Gráfico
El apartado gráfico de Give my regards to Black Jack también está firmado Shuho Sato, y ciertamente es un artista bastante notable y al que vemos mejorar sensiblemente a lo largo de estos dos tomos. Su estilo me gusta mucho, porque es realista en lo general y en los fondos, con un trazo muy detallado y preciso, pero, sin embargo, los rostros de los personajes tienen mucha personalidad, continuando el realismo, pero esta vez con un toque más animado. Esto ayuda a la expresividad de los mismos, clave para transmitir las emociones de cada momento con fuerza, consiguiendo hacer un muy buen trabajo en este aspecto. También es cierto que, en ciertas viñetas muy puntuales, se excede en caricatuzar o exagerar las expresiones, pero para mí no es un problema, ya que es un recurso más del medio que no me inoportuna.
Ediciones
Para leer esta serie, se puede recurrir a dos ediciones:
La primera fue la de Glénat, publicada entre 2003 y 2007 en trece tomos, con el título original, Say hello to Black Jack, respetando la distribución japonesa, con encuadernación en rústica y sobrecubiertas, a un precio de 9,95€. Esta edición hace años que está descatalogada.
La segunda edición, actualmente en publicación y disponible, es la de Sekai Editorial, ahora bajo el título Give my regards to Black Jack, respetando también la distribución en trece tomos y con encuadernación en rústica con sobrecubiertas. El precio por tomo es de 8,00€, lo que me parece un buen precio, teniendo en cuenta los precios actuales en el mercado del manga español, donde muy pocas series tienen este precio y prácticamente sólo éxitos de la Shonen Jump. Pero es que además, es 2€ más barata que la edición anterior publicada hace bastantes años.
Yo personalmente es la edición que tengo y he leído, y estoy muy contento con ella. La encuadernación es resistente, el tomo muy manejable y con unos buenos materiales (me gusta mucho el tacto de la sobrecubierta). El diseño del volumen en general, y de la sobrecubierta en particular, me gustan mucho más que los de la anterior edición.
Quizá el aspecto que puede causar más reticencias antes de leer el manga, es el tema de la traducción. Nunca suelo hablar de este apartado, pero en redes sociales la gente estaba un poco preocupada, ya que desde Sekai comentaron que esta traducción iba a ser usando «español de RAE», el llamado «español neutro», puesto que Sekai comercializará la edición en todos los países de habla hispana. Yo mismo reconozco que estaba un poco receloso, porque a mí me gustan las buenas traducciones, para poder leer el manga fluido, y no sabía si este «español de RAE» (esto es, sin emplear modismos, ni expresiones regionales, si no me equivoco) me iba a convencer. Ahora, tras leer los tomos, tengo que reconocer que, sino llego a ver la entrevista en la que el traductor de Sekai decía que iba a ser una traducción con «español de RAE», yo no me habría enterado. En ningún momento he notado nada extraño ni que obstaculizase la lectura, como una traducción normal más, puede que en algún momento aislado tenga algún pequeño fallo, pero como todas. Así que el que dude de comprar esta edición por la traducción que se olvide del tema, porque es una traducción buena exactamente igual que cualquier otra que puedan leer en otras series. Y para comprobarlo, simplemente basta con leer el primer capítulo gratuito, que enlacé más arriba, todo el que lo lea podrá comprobar como no hay nada raro en la traducción.
Por lo que para mí, la decisión es clara, la edición de Sekai es muy buena en todos los aspectos, y tenemos que apoyar a esta nueva editorial para que nos sorprenda con nuevos títulos. Además, para los amantes de los obsequios con las ediciones, Sekai manda con cada tomo una postal, un marcapáginas y un póster.




Este cómic fue proporcionado por la propia editorial a modo de copia de prensa. Esto no influye en la opinión aquí mostrada, ya que me comprometo siempre a exponer lo que pienso de manera totalmente sincera, jamás recomendaría algo que yo mismo no me compraría. Si quieres saber más, te invito a que accedas a la sección «Acerca de» en la cabecera de la web.
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Tengo muchas ganas de leerlo y con esta reseña ya no tengo dudas. Gracias
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Muchas gracias por dejar un comentario Nanjo, espero que te guste mucho el manga, y si te apetece, te pases a comentar por aquí qué te ha parecido 🙂
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