«¿Y qué iría a ver allí? ¿Soldados y guerreros? Han dejado de ser hombres de carne y hueso, para ser de metal y piedra. Y sus rostros… rostros valientes, rostros fuertes, ceños fruncidos, ojos fríos. Todo ello, máscaras.»
Costas Salvajes es una miniserie de cinco números (These Savage Shores #1-5) publicada por Vault Comics entre octubre de 2018 y octubre de 2019. Los creadores de la serie son Ram V (guionista) y Sumit Kumar (dibujante), el colorista es Vittorio Astone.
Es la década de 1760, la compañía de las Indias Orientales trata de afianzar su poder en la India a través de la ruta de la seda, pero para ello tendrá que lidiar con las facciones nativas que ostentan el control de los distintos reinos. Al mismo tiempo, en una nave proveniente de Londres, un ser oscuro es obligado a exiliarse en estas costas salvajes, pero allí ya viven otras criaturas nacidas en torno al terror y la leyenda.
En Costas Salvajes tenemos una serie de distintas líneas argumentales, cada una en torno a un grupo de personajes, que se ven irremediablemente entrelazadas para crear una obra que ofrece una nueva visión de los hechos históricos que llevaron a un conflicto entre India y la compañía, incorporando elementos de la mitología hindú, y, aunque pueda parecer que no cuadra en la ecuación, vampiros. Una apuesta original que se salda de una manera muy satisfactoria, ya que todos los elementos encajan perfectamente y hacen que resulte incluso extraño que no se hubieran empleado antes juntos. Pero por encima de todo lo que nos ofrece la historia, creo que el elemento que acapara toda la atención del lector es Bishan, este misterioso hombre que se oculta tras una máscara y cuyo entorno y naturaleza mueven las tramas.
Un punto esencial en esta historia, es que se nos presenta a través de la visión de la India, lejos del acostumbrado enfoque occidental. Así llegamos a un país precioso, increíble, con una cultura muy especial y plasmada aquí de manera deliciosa. Pero no se puede evitar notar cierta amargura al saber el destino que sufrirá la India en los años venideros y que continúa en la actualidad. Los principales culpables de este repentino amor por esa tierra lejana son los personajes, y cómo en breves instantes nos cautivan y se posicionan como villanos o buenas personas, con sus actos, que causarán desde la ternura al rechazo y el odio.
Como valoración de la obra, estamos sin ninguna duda ante un cómic muy bien ejecutado, que se lee con ganas, sin aburrir y que presenta elementos originales. Aún así, personalmente he quedado un poco decepcionado con la obra; desde que se recopiló en Estados Unidos comenzaron a proliferar las críticas que la situaban como una obra increíble y uno de los mejores cómics del año. Las altísimas expectativas me jugaron una mala pasada, porque pese a haber disfrutado mucho la lectura, estaba esperando algo todavía mejor, y creo que a nivel de historia no es lo mejor de su año ni de lejos (aún siendo buena). No quiero que se malinterprete, Costas Salvajes es un trabajo notable, pero creo que conviene acometer su lectura sin prejuicios sobre su calidad. Quizá, desde un punto de vista personal, creo que gran parte de los halagos le vienen por la naturaleza del producto en sí, ya que estamos ante uno de esos tebeos que son muy accesibles para cualquiera, especialmente el público ajeno al noveno arte y además en algo autoconclusivo, esto, sumado a la originalidad de los elementos que presenta la historia y el sensacional apartado gráfico son a mi parecer los culpables de que haya ganado un favor tan grande por parte de los aficionados y la crítica.
En definitiva, Costas Salvajes es una buena opción como lectura independiente para perderse entre sus bellas páginas y pasar un buen rato sin tramas elevadas, pero sí con unos personajes y un entorno propios de una poesía.
Apartado Gráfico
La India siempre es un destino recurrente en cuanto a inspiración artística. Sus paisajes, sus calles, sus gentes… son plasmados frecuentemente en fotografías que muestran una belleza muy distinta a la que ofrecen los parajes occidentales. Sumit Kumar va un paso más allá y nos regala la India con un toque diferente a lo acostumbrado, con un dibujo bello, estilizado y muy dinámico en la acción, con unos personajes diseñados con delicadeza y unas ubicaciones de ensueño.
Pero pese al gran trabajo del dibujante, creo que lo mejor de todo el cómic es el color de Vittorio Astone, que eleva todo a un nuevo nivel. Su paleta está llena de frescura y armonía, y la ambientación y la atmósfera que crea en cada viñeta con sus elecciones cromáticas son magníficas.
Ediciones
En Estados Unidos, a parte de las cinco grapas originales, la obra fue recopilada en un volumen en formato TPB, con dos portadas distintas.
En España, acaba de poner a la venta Editorial Hidra un tomo recopilatorio en formato cartoné, a un precio de 17,50€ por 160 páginas, con lo que es una buena opción para hacerse con esta obra.
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